Muchas veces en el ámbito urbano, dudamos a la hora de podar...

El planeta necesita de sus árboles, como un elemento esencial que garantiza la vida. Los habitantes de las ciudades tienen derecho a los beneficios que ofrece el arbolado urbano, ya que el mismo constituye un bien primordial que mejora la calidad de su hábitat.
El árbol de la vereda no pertenece al frentista por más que lo haya plantado, sí es parte del bien publico de un municipio, por lo tanto su cuidado es una responsabilidad compartida . Unos y otros deben aunar esfuerzos para preservar la única foresta que poseen los ambientes urbanos, los árboles de nuestras calles.
Año a año asistimos a la destrucción del patrimonio arbóreo. En la mayoría de los casos los vecinos podan sin contemplación llegando a cortas estructuras que no deben ser tocadas, produciendo así enormes daños que condenan a ese ejemplar a una muerte lenta pero segura.
Pero si bien se cometen estos arboricidios anuales sin ningún sustento técnico, también es cierto que a la inconducta y el desinterés de la población se agrega la misma actitud por parte de las autoridades pertinentes, en cuanto a llevar una política coherente con respecto al arbolado público y a los espacios verdes.
En el momento de formar conciencia popular sobre la importancia del árbol, especialmente en la ciudad y modificar responsabilidades para paliar una situación por demás lamentable, que empobrece la calidad de vida. Hacemos aquí un breve aporte a la educación ambiental presentando una síntesis de motivaciones que provocan la pregunta ¿ podar o no podar ?.
NO DEBES PODAR UN ARBOL SIMPLEMENTE PORQUE: las hojas tapan los desagües, para no barrer la vereda, para que el árbol crezca más fuerte y sano, queda más prolijo, para ver mejor el cartel o la vidriera, es muy grande o muy viejo o por la costumbre de que hay que podarlos.
En general ninguno necesita poda, pero si hay que hacerlo que sea conservadora y correctamente

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